Aunque lo más importante de mi experiencia en los Cayos de Florida con Gary Hall Sr. ya lo he contado en la piscina, creo que merece la pena ponerlo por escrito aquí, para los que no pasan por allí.
Mi periplo por Florida fue fundamentalmente culpa de Iberia, que sacó vuelos a precios escandalosos, y de mi cuñada, que me avisó de la oferta. Como soy de los afortunados que (de momento) pueden elegir cuando irse de vacaciones, nos planteamos una escapada por esas latitudes, pasando una semanita en los Cayos y otra en Disney World, con escapaditas a las tiendas de Orlando, para así dar gusto a todos los miembros de la familia. Yo voy a contar mi semana en los Cayos, en un training camp del Race Club (¡¡¡si a alguien le interesa un reportaje de mis andanzas con Mickey Mouse, no tiene más que pedirlo!!!).
El viaje desde Miami a los Cayos es bastante cómodo, y en menos de una hora y media nos plantamos allí con el coche. Lo único inquietante son las señales de “Crocodile crossing”, que yo al principio pensaba que eran de broma, pero cuando se repetían continuamente supuse que la cosa iba en serio. Aún así, yo sólo vi tortugas (grandes) cruzando la carretera.
A la mañana siguiente, algo perjuidicado por el jet lag, aparecí por la piscina a la hora que me dijeron y acto seguido llegó Gary Hall Sr. ¿Qué se le dice a un campeón olímpico cuando te lo encuentras así de repente?. Yo opté por “buenos días, soy David”, aunque ya sé que no es muy original.
Aunque impone un poco al principio, la verdad es que Gary Sr. es muy accesible, humilde, amable y un gran comunicador. También me sorprendió ver que sólo íbamos dos personas al training camp (cosas de la crisis). Mi compañera era una niña de Ottawa. Curiosamente, aunque parezca imposible, fue muy divertido entrenar con ella (el deporte es así). Por cierto, si veis a una canadiense que se llama Mariah en las olimpiadas de 2012 o 2016, no os extrañéis, que la chica es un torpedo.
Lo primero que hizo Gary con nosotros fue darnos una pequeña charla sobre lo que el considera los aspectos fundamentales de la técnica. Podría empezar a contar aquí todo lo que me dijo, pero mejor leedlo vosotros mismos en la página
web del Race Club, que lo explica mucho mejor de lo que yo lo haría. En realidad, casi todo lo que nos contó viene en la web, pero lo insustituible es que él te vea, te diagnostique tus errores técnicos y te ayude a corregirlos. ¡Os aseguro que lo ve todo!. Me pasé todos los días sorprendido intentando descubrir cómo se había dado cuenta de si había dado una patada de mariposa de más, de si el recobro había sido malo en dos brazadas y así cada dos por tres.
Después de algunas preguntas, directamente al agua.
Nos vio a la chavalina que estaba conmigo y a mi nadar tranquilamente y ya nos diagnosticó bastante acertadamente. Insisto, es increíble lo rápido que pilla cualquier error técnico. Además no te apabulla con información, corrige una sola cosa cada vez, y las demás no te las dice hasta que solucionas algo que el cree que es más importante.
Después estuvimos haciendo varios “drills” (se puede traducir como “ejercicios de técnica”) para corregir diferentes aspectos. Por supuesto, algunos no me salieron a la primera, sobre todo el llamado “freeway drill” me costó bastante.
En resumen, yo descubrí que mi posición del cuerpo es buena, que infrautilizo la rotación del cuerpo como fuente de potencia y que mi frecuencia de brazada esprintando era insuficiente.
Además mi salida medieval (la de los dos pies juntitos delante), fue radicalmente sustituida por la de atletismo, que parece fácil pero hacerla bien tiene su complicación.
También es chulo que te graben en vídeo a todos los estilos, rápido, despacio, por debajo y por encima del agua, salidas, vueltas y que luego lo vea Gary contigo. Así uno puede ver por si mismo lo que hace mal.
Otra cosa que me impresionó fue el seco. Para ellos, en el agua es muy complicado ganar potencia muscular, por eso hacen mucho seco y muchos sets que combinan nadar y seco (yo acababa mareado). Cuando te das cuenta de lo que hace el equipo de élite del Race Club, alucinas. Que infierno de abdominales, de balón medicinal, y lo más duro de todo: el boxeo. Me he pillado unos guantes para repartir unas galletas y asustar al resto de gente de la piscina (ya veréis ya…). Después de la primera sesión de seco tuve unas agujetas que me dudaron el resto de la semana.
Al principio, nadar siguiendo sus indicaciones parecía raro, pero ayer en la piscina me di cuenta que en las series de 25 iba casi 1 segundo más rápido que antes, concentrado sobre todo en mantener la máxima frecuencia de brazada que me permitiera una técnica razonable. Todavía tengo la sensación de que cuando voy a la frecuencia de braceo que me recomendaba pierdo potencia en la patada (no quiero ni saber a que velocidad pateo), pero la verdad es que creo que voy más rápido. ¡Tengo ganas de nadar algún 50 en competición!.
En resumen, a cualquiera que le guste la natación y los entornos paradisíacos, se lo recomendaría sin dudarlo.
Mi única pena fue no tener a nadie con quien irme por las tardes a bucear por el arrecife…bueno equipo, si queréis ir por allí el año que viene, decídmelo que me apunto otra vez.